J.B. Madrid
La concertación de servicios sanitarios privados no solo garantiza la asistencia allá donde del Estado no llega o lo hace de forma deficiente. En realidad, el sector privado complementa al público y, a tenor del entrevistado, le permite sobrevivir. En opinión del gerente del Policlínico La Rosaleda, sin el aporte de la privada el Sistema Nacional de Salud se habría colapsado hace mucho tiempo. A lo largo de la conversación, explica cómo se organiza el centro que dirige y qué objetivos se plantean sus profesionales, y denuncia la proliferación, en algunas autonomías, de centros privados de bajo coste que dañan al conjunto del sector.

Rafael Silva, fotografiado en su despacho.

La clínica dispone de nueve servicios centrales (neurología, laboratorio, radiología, oftalmología…); el resto de especialidades médicas, ¿las proporciona en colaboración con otros centros?

Los  servicios a los que usted se refiere están prestados por personal médico jerarquizado, es decir,  facultativos que trabajan con nosotros en exclusiva y que han firmado un contrato de índole laboral.

El resto de las especialidades médicas las prestamos en base a contratos de prestación de servicio, con facultativos que no forman parte de nuestra plantilla pero sí tienen ese tipo de vinculación profesional.

Destaque el servicio propio más relevante de la clínica por éxito y prestigio.

Es difícil destacar algún servicio sobre los demás, eso podría provocar tensiones entre los mismos. Ahora bien, un servicio que goza de gran prestigio entre los prescriptores es el de radiodiagnóstico, donde la altísima calidad de las imágenes proporcionadas junto con la claridad y fiabilidad de los informes emitidos, conforman una sólida alianza que nos permite afianzar día a día la confianza que los usuarios han depositado en nosotros.

Tenemos además una maternidad muy bien valorada por nuestros clientes, hecho constatado repetidamente en las encuestas de satisfacción que realizamos de forma periódica, donde figura como uno de los servicios mejor puntuados de nuestro hospital.

Las listas de espera suelen ser más largas en la sanidad pública, pero tampoco la privada da servicio de un día para otro. ¿Cuál es la media de espera para un cliente de esta clínica?

En casi todos nuestros servicios la espera media no supera los 15 días. El control de las demoras es algo que vigilamos muy de cerca, ya que nuestros usuarios valoran mucho que se les atienda con celeridad, si bien entienden perfectamente que la mayoría de los actos médicos necesitan ser programados con antelación, puesto que algunos incluso requieren de alguna preparación previa.

En cualquier caso, de lo que se trata es de satisfacer la expectativa del cliente más que de tener una determinada espera, ya que la misma demora puede ser mucha o poca en función del acto médico o prueba diagnóstica de la que se trate, y más aún en función del mercado existente.

Por supuesto, aún así resulta imprescindible determinar la espera media por servicio, ya que es la única forma de detectar con agilidad desviaciones negativas, lo cual nos permitirá adoptar las medidas necesarias y oportunas para corregirlas. Actualmente, la mayor demora la tenemos concentrada en la consulta de cardiología.

El hospital dispone de cinco quirófanos. ¿Qué clase de intervenciones son más frecuentes?

Sin lugar a dudas, las intervenciones de traumatología y ortopedia son las más frecuentes. Dentro de esta especialidad podemos destacar, por cantidad, las 420 artroplastias que realizamos de media anualmente y las más de 500 intervenciones por artroscopia que se hacen a lo largo del año. Cuantitativamente, las siguientes especialidades que más intervenciones quirúrgicas generan son, por orden: oftalmología y cirugía general.

¿Qué iniciativas de responsabilidad social corporativa se llevan a cabo en el centro?

Nuestro hospital ha constituido una fundación hace más de seis años para canalizar las iniciativas de responsabilidad social. Dicha fundación realiza un programa estable de actividades de divulgación  cultural, al cual se unen iniciativas de contenido eminentemente clínico. También tenemos enmarcado dentro de la fundación un programa de ayuda social, dotado con seis mil euros, para aquella entidad que se caracterice por ayudar a los demás, habiéndose premiado iniciativas tan entrañables como la liderada por la ONG “sonrisas de Bombay” o la más conocida y cercana “Cáritas”, entre otros muchos.

¿De cuántos profesionales dispone el hospital y, en el caso de los médicos, de qué especialistas?

Disponemos de una plantilla de médicos jerarquizados importante para el tamaño de nuestro hospital, formada por cerca de 45 especialistas con dedicación exclusiva. y contamos también con la colaboración de otros casi cien facultativos para cubrir las demás especialidades médicas a las cuales nosotros no llegamos con nuestros propios medios; uno de nuestros objetivos es  tener un cuadro de  especialistas los más amplio y atractivo posible, que nos permita satisfacer la demanda existente en cada momento.

En este sentido, podemos destacar que, salvo oncología, radioterapia y cirugía cardiaca, cuya puesta en marcha no se justificaría dada la escasa entidad de nuestra población de referencia para este tipo de especialidades,  podemos decir que tenemos una buena cartera de servicios.

Analice el desarrollo de la sanidad privada en Galicia. ¿Han proliferado las clínicas en las últimas dos décadas, o las ha habido desde hace más tiempo?

Desgraciadamente en los últimos años han desaparecido algunos hospitales privados, cada vez somos menos. La adaptación a los nuevos marcos técnico-legales y de acreditación ha supuesto la desaparición de algunas unidades hospitalarias al no poder hacer frente a las tremendas inversiones que fue necesario realizar para modernizarse y adaptarse a la legislación vigente

Lo que sí está proliferando en Galicia son los “francotiradores” que, con pequeñas inversiones, rozando en algunos casos la legalidad, practican una Medicina low cost que provoca que la imagen de la sanidad privada en su conjunto salga muy dañada. A veces el usuario nos mete a todos en el mismo saco, sin analizar cómo, quién y con qué calidad se presta el servicio.

A partir de la condición de la clínica de asociado del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), ¿cuál es su balance de la actividad de este nuevo órgano del sector privado?

El balance es francamente positivo. La labor que el IDIS ha realizado este año ha sido fundamental para lograr  que la percepción,  tanto de políticos como  de usuarios,  haya cambiado. El IDIS ha ayudado a poner en valor un sector que  mueve cerca del tres por ciento del PIB y que da empleo estable  a varios cientos de miles de trabajadores.

¿Cree que la sanidad privada es la clave para el sostenimiento del Sistema Nacional de Salud y, de ser así, por qué razón?

El Sistema Nacional de Salud se encuentra en un momento muy delicado; está en una fase de redefinición que será fundamental para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. En ese sentido, es necesario y beneficioso que la sanidad pública y privada se entiendan  y se complementen; no tendría sentido invertir en unidades asistenciales públicas en un determinado lugar si existiera infraestructura privada ociosa que pudiera ayudar a resolver un problema ocasionado por falta de medios.